Psiquiatría: Atrapando tu mundo en las drogas

¿Cuál es una de las cosas más destructivas en el mundo de hoy?

Si tu respuesta fue las drogas, entonces tu compartes la misma preocupación que la mayoría de las personas en tu comunidad. Las drogas ilegales, y su violencia y crimen resultantes, son vistas como la mayor amenaza para los niños y la sociedad. Sin embargo, muy pocos reconocen que las drogas ilegales representan solo una parte del problema de las drogas de hoy. Hoy, vemos una dependencia en otro tipo de droga, llamada drogas psiquiátricas con prescripción.

Antes reservadas para el perturbado mental, ahora sería difícil encontrar a alguien (un miembro de familia, un amigo o un vecino) que no haya tomado una especie de droga psiquiátrica. De hecho, estas se han vuelto a tal grado una parte de la vida para muchas personas que el “vivir sin drogas” sería algo simplemente inimaginable.

Prescritas para cualquier cosa, desde problemas de aprendizaje y problemas de comportamiento, hasta orinarse en la cama, agresión, delincuencia juvenil, criminalidad, drogadicción, fumar, hasta para manejar el miedo y problemas de nuestros ancianos, desde la cuna hasta la tumba, estamos bombardeados con información que nos está llevando a este tipo de “fijación” química.

Resulta poco sorprendente que las estadísticas mundiales nos demuestran el rápido incremento en el porcentaje a todas las edades, desde niños hasta adultos de edad avanzada que confían alta y rutinariamente en estas drogas en sus vidas diarias. Las ventas globales de los antidepresivos, estimulantes, ansiolítico y antipsicóticos han alcanzado más de 76 mil millones de dólares al año; más del doble que el presupuesto del gobierno de Estados Unidos que se gasta en la guerra en contra de las drogas.

Entre tanto, los autores Richard Hughes y Robert Brewin, en su libro “The Tranquilizing of America” (El tranquilizante de América), alertan que aunque las drogas psicotrópicas puedan parecer “apaciguar la ansiedad, el dolor y el estrés, también insensibilizan la vida misma… estas píldoras no solo adormecen el dolor sino también toda la mente”. De hecho, un estudio concienzudo revela que ninguna de estas puede curar, y todas tienen horribles efectos secundarios, y que debido a sus propiedades adictivas y psicotrópicas (alterantes de la mente), todas tienen capacidad para arruinarle la vida a una persona.

Considere también el hecho de que terroristas han usado drogas psicotrópicas para lavarle el cerebro a jóvenes para volverlos suicidas con explosivos. Por lo menos a 250 mil niños por todo el mundo, algunos hasta de siete años de edad, los están usando para actividades terroristas y revolucionarias y se les está dando anfetaminas y tranquilizantes para que entren en “ataques asesinos” por días. Sin embargo, estas son las mismas drogas psiquiátricas que les están prescribiendo a los niños para problemas de “aprendizaje” o de “comportamiento”.

Entender el uso elevadísimo de drogas psiquiátricas de la sociedad es ahora aún más crítico que nunca. Internacionalmente, 54 millones de personas están tomando antidepresivos que son conocidos causantes de adicción, comportamiento violento y homicida.

¿Cómo es que millones de seres humanos se quedaron atrapados en estas drogas destructivas? Tenemos que mirar antes de la droga.

Antes de quedar atrapado, cada individuo fue convencido de que estas drogas lo podrían ayudar a manejar su vida. El primer truco usado para la venta fue inventar los sistemas de diagnóstico del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales IV (DSM) de la Asociación Psiquiátrica Americana, y la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD) de la sección de desórdenes mentales de Europa. Una vez diagnosticada y dada la prescripción, las propiedades destructivas de las drogas mismas asumen el control.

Al forzar una amplia implementación de esta farsa de diagnóstico, la psiquiatría ha asegurado que más y más personas sin problemas mentales reales, e incluso unas sin ningún problema, se les ha llevado engañosamente a pensar que la mejor solución a los problemas y retos rutinarios de la vida se halla en la más “reciente y fabulosa” droga psiquiátrica.

Ya seas tú un legislador, un padre de un niño de edad escolar, un maestro, un empleador o un empleado, un dueño de casa o simplemente un miembro de la comunidad, esta publicación es lectura vital.

Nuestro fracaso en la guerra contra las drogas está principalmente ligado a nuestro fracaso para poner un alto a los más destructivos comercializadores de estas drogas en nuestra sociedad.

Estos son los psiquiatras trabajando duro día a día, ocupados en engañar y atrapar nuestros mundos en drogas.

Sinceramente,


Jan Eastgate
Presidenta
de la Comisión de Ciudadanos
por los Derechos Humanos Internacional

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